miércoles, 31 de mayo de 2023

EN LO NEFASTO, EL MILAGRO DEL AMOR NOS SALVA


    Tañen las campanas a rebato. Los ojos miran sin ver a través de la bruma de los cálculos falaces de insensatos dirigentes y gobernados, que fingen sensatez para lucrarse sin piedad los primeros e intentarlo los segundos.
     El egoísmo tiñe de zaína tonalidad la otrora claridad del alma... El pesar se entroniza por la dejadez y la pulsión de cebar cuerpo y mente con vanos apetitos y deseos que olvidan al prójimo o, directamente, lo utilizan.
    Cráneos resquebrajados muestran la atávica caverna que se adentra en el abismo de los abismos persiguiendo sombras, en vez de dar media vuelta e ir hacia la luminosa salida que espera a la espalda de la interesada mirada, mientras millares y millares de arañas tejen plúmbeas nubes que derraman ingentes y torrenciales lágrimas sobre un mosaico de espurias pretensiones enfrentadas entre sí.
    Embravecido el océano rompe contra hipnotizados globos oculares, fijos y fascinados por la capicúa cifra impuesta que les sella a un futuro de sumisión al son de palindrómicos discursos que, como sugestivos y embaucadores ecos, reverberan en los sesos desquiciados de cisnes mutilados por los proyectiles lanzados por desalmados buitres que cubren el mundo de ceniza, sangre y hiel.
    Tañen las campanas a muerte. Los ojos se cierran pasmados, millones. Carmesí el suelo enluta el cielo por el vil repudio de unos pocos privilegiados a unos muchos menesterosos, mientras aquellos les escupen a estos ígneos sapos de venenoso contacto camuflados de salvíficos antídotos contra unos males que no eran pero que, por su narcisista y elitista malicia, ahora lo son.
    El hielo de la escisión resquebraja cálidos hogares con soflamas de colorido cristal, que con estudiada basura fingiendo comunicación ensucia tanto los pensamientos como los sentimientos con mentiras, vilezas, payasadas, sensacionalismos, banalidades y vanidades... Lo nefasto impera y aparenta haber vencido; pero lo aparente por tremendo que sea es apariencia, no realidad.
    El Amor ante tanto despropósito y malevolencia, con infinita paciencia, desde lo intemporal subsana lo temporal mediante el milagro del perdón, mediante la bondad de la honda compasión, mediante la humildad de la fraterna comprensión, mediante el abrazo de la esencial comunión, mediante la Luz del Espíritu en Plenitud... Y, a su tiempo, al tiempo le llega su culminación, su disolución, la ilimitud, la unicidad eterna de la Vida que no nace ni muere, que en todos es y que nunca dejó ni dejará de ser.
    Vivamos, pues, sin miedo y démosle al mundo la respuesta universal: Hijos somos de un Mismo Amor Creador, de un Mismo DIOS VIVO. Por tanto somos hermanos, no extraños; somos amigos, no enemigos; somos Ser, no seres aparte ni ajenos... Al fin, ahora sí, jubilosas las campanas repican a laudes en un incesante son de bienaventuranza consumada, que trasciende el mundo aun en el mundo. Y lo que parecía un mortal y horrible fin se torna comienzo de lo sin fin, de lo Eterno, Divino y Santo.

KHAAM-EL


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