Larga noche de ecos
por el pecar, ciegos...
El viento a la aurora
se viste de fuego
y el alma -encendida-
a DIOS clama un ruego
que, desesperado,
no consiente un luego...
Y, oh milagro, el alma
es limpia del ego.
Es la súplica humilde de una sed infinita la que, sabiendo que sólo puede ser saciada por un agua eterna, por una corriente de Vida Plena que la carne no puede dar, arrepentida se rinde confiada a Lo Alto. Porque únicamente, el Corazón, el Corazón Sagrado de DIOS VIVO es Trasparente, Puro y Vivificador; rebosante Fuente Santa de Amor y Gloria, de Paz y Bendición, de Fraterna Comunión libre del ego y de la muerte.
Por eso, reconocer y querer de veras enmendar los yerros pasados ilumina la senda con Amor Divino, y salva de repetir una y otra vez lo errado; mas, empecinarse en ellos, creyéndose justo, oscurece los caminos y precipita sin cesar al abismo.
KHAAM-EL

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