viernes, 8 de agosto de 2025

SOMOS DEL ESPÍRITU DE DIOS; NO DE LA CARNE NI DEL EGO

    Rendir lo temporal a lo eterno es vencer la batalla de los eones. Las transitoriedades son nada ante lo imperecedero por siglos o milenios que perduren. Volver al tótem, al oscurantista esoterismo y a la hechicería, regresando a considerar lo creado como creador, a las formas circunstanciales como poderes y al cuerpo como identidad, no es el renacimiento a una 'Nueva Era' sino, al contrario,  caer de nuevo en antiguas idolatrías simientes de la mala yerba del egoico materialismo, que alejan lo humano de lo Divino en lugar de acercarlo y reincorporarlo a la bienaventurada gloria de lo Santo.
    Ahondar en lo sustancial es penetrar en el espacio ilimitado que abarca, ilumina, integra e intima lo percibido con lo imperceptible, fundirse junto al cosmos en la Plenitud Inefable de DIOS VIVO, ser indiviso en esencia y bendición con el Amor y la Vida que todo lo nutren, santifican y trascienden. Gran pecado es malgastar el abono con las ortigas y desperdiciar la preciosa agua regando cardos, quitándosela a trigales y frutales (Quien tenga entendimiento, comprenda).

KHAAM-EL


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