Hacer de nuestro corazón hogar de DIOS VIVO, recorriendo el camino del Espíritu con convicción y perseverancia, libera del externalizante y separador laberinto a ninguna parte que el ego, artero, traza y ensalza según enemista lo hermanado, enrevesa lo sencillo, aleja lo cercano y anubla lo per se claro.
Aceptemos sin límite lo equivocado de juzgar con límites y contemplemos lo que hay, sin temor ni codicia, en paz; mientras avanzamos presentes del presente en su conjunto. Confiados. Aquí y ahora, siempre, se despliega la gracia de dentro afuera, del propio corazón al corazón del prójimo en una comunión bendita que trasciende tiempos y lugares... de DIOS VIVO en mí a DIOS VIVO en ti, en todos y en todo.
KHAAM-EL
No hay comentarios:
Publicar un comentario