Cuando el desprecio asoma,
la mano busca pelea
y la mirada rabiosa te reta,
apártate y rinde tu herido orgullo.
En silencio busca a DIOS VIVO
y recuerda que Él a todos Ama.
¡Paz y júbilo en el Corazón
para quienes al prójimo honran
y no le tienen resentimiento!
Cuando las sonrisas se abracen,
las manos colaboren
y las miradas se fundan en una,
la Bendición de DIOS VIVO
a ambos -con poder infinito-
será derramada y manifiesta.
¡Gloria y Plenitud del Espíritu
para quienes aman de veras
y setenta veces siete perdonan!
KHAAM-EL
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