domingo, 3 de agosto de 2025

SIN EL VANO E INSENSATO EGO, PLENITUD DIVINA

    Apetecer con ego, hueco y terrible planear. Buscar agasajo, fatuo e inútil vínculo. Acaparar lo pasajero, vano e insensato obrar. Considerarse sabio o experto, pomposa y ciega estupidez.
    Aplauden las muchedumbres, dormidas, las preguntas que consideran superficialmente inteligentes y admiran sobremodo las respuestas materialmente prácticas, aunque sean moralmente nocivas; y más todavía, si cabe, jalean teorías enigmáticamente etéreas, absurdas e ininteligibles al sentido común, que se travisten bajo el sol, con calculado secretismo, de un supuesto arcano conocimiento extrasolar. Pero, despreciándola con ignorante suficiencia, prescinden de la verdadera sabiduría: esa presencia consciente y plena que fluye de una mente silenciosa y en paz, según late al son de un corazón humilde y fraterno.
    Ser o no ser. El Espíritu o la carne. Amar y compartir o codiciar y competir. La Vida o la muerte. DIOS o el ego. Regresar a la bendición inefable del Sencillo y Único Templo Santo, pasa por dejar de rendirles culto a los sofismas tanto del meramente mundano como del enrevesadamente esotérico, derribando con determinación las imponentes y lujosas columnas que sostienen las seductoras estructuras mentirosas, narcisistas y ocultamente altaneras de ambos.

KHAAM-EL


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