jueves, 29 de diciembre de 2016

A PROPÓSITO DEL EGO

   "¿Qué es el ego? Lo que antes era la obscuridad. ¿Dónde está el ego? Donde antes estaba la obscuridad. ¿Qué es ahora y dónde puede encontrársele? No es nada y no se le puede encontrar en ninguna parte. Ahora la luz ha llegado, y su opuesto se ha ido sin dejar ni rastro. Donde antes había maldad, ahora hay santidad. ¿Qué es el ego? Lo que antes era la maldad. ¿Dónde está el ego? En una pesadilla que sólo parecía real mientras la estabas soñando."


Un Curso de Milagros.

* * * * *

   Buscarle un propósito sensato a un despropósito es una supina insensatez; al igual que intentar descansar en lo frenético o vivir en lo que muere. Acumular escasez te deja finalmente en completa carencia.

   El ánimo flaquea cuando se apoya sólo en las propias y limitadas fuerzas. Creer en el ego es morar en la ignorancia tomándola por sabiduría y, seguir sus aparatosos e inflados consejos de torpe recorrido, tan sólo conlleva caídas y más caídas que indefectiblemente reprocha como consecuencias de lo externo evitando asumir la total responsabilidad de las mismas. Así una y otra vez, sin viso alguno de cambio por ninguna parte. Excusas, justificaciones, buenas intenciones para un después que nunca cumple, planes, cálculos y sueños grandiosos que al poco se derrumban como castillos de naipes al primer soplido, porque nada es como el ego acostumbra explicar... el ego te habla de libertad, felicidad, poder, éxito, confort, merecimientos, y un largo etcétera de golosinas con las que atragantarte; puesto que él no es más que limitación, la desdicha, la impotencia, el fracaso, la incomodidad, la ruindad y lo amargo. Prometiendo vida sólo ofrece muerte y ofertando tiempo te sustrae de la plenitud de lo eterno. Reflexiona y descubre, seguir sus dictados es estar gobernado por el peor de los tiranos, el interior; ese que encarcela y oprime desde la médula misma del pensamiento, desde la inflexible sujeción de limitadas ideas y vanas perspectivas identificadas como inherentes a uno mismo.

El ego es una identidad sombría que acogota lo diáfano y sutil, lo liviano, espiritual e ilimitado, hasta desvirtuarlo por entero. Tampoco es amistoso o bondadoso, aunque las más de las veces con descaro lo aparente. Más bien es todo lo contrario porque, con disimulo o no, lo quiere todo para devorarlo y destruirlo.

Irrespetuoso y jactancioso el ego no se respeta ni a sí mismo
aunque en su delirio exige pleitesía elaborando un argumento tras otro de difícil engarce o equilibrio; 
repletos todos de razonamientos capciosos que impone con desfachatez
y, si puede también, vende como panacea.
No siendo más que brumosa palabrería que separa, falsea y compite,
afrentando, soliviantando y difamando sin conmiseración todo aquello que no le conviene. 
El yoísmo es su culto más preciado y el mundo su reino a conquistar.
Oculta que oculta la sencillez ensalzando ocultismos
con los que pavonear su vanidad y esconder su ignorancia. 

El ego no es sino opacidad, un personalismo irreverente que mancilla la inocencia y la pureza
ignorando la radiante sencillez del alma.
Es un negror de funesta arrogancia que niega la santa transparencia del presente
con deformes y transitorias imágenes de temores y sufrimientos buscando éxitos o placeres.
La opacidad acapara pues desea impedir la libre extensión de la luz y se oscurece.
La opacidad desvirtúa las palabras pues con su ocultación engaña, disimula y se miente.
La opacidad sacude la calma pues en su combate contra la luz se hiere.
La opacidad oculta el recto camino y en su ceguera se pierde.
La opacidad restringe el saber pues en la arrogancia de su miopía se confunde.
La opacidad arrincona la esperanza pues tras sus oscuros muros languidece.
La opacidad amortaja la vida pues por su desconfiada malicia y temor perece.

Es el ego una nada de tenebrosa imaginería queriendo parecer alguien.
Querer ser alguien es vano. Pesadilla y lamento.
Absurdo. Impermanente. Irreal. Fantasmagórico.
Acaparar desvirtúa con la sacudida oculta que restringe arrinconando en la mortaja de un ego
que habita rodeado de nichos que confunde con hogares
en un cementerio llamado el mundo de los que quieren ser alguien.
No querer ser alguien es desprenderse de viejos e inútiles ropajes
desnudando sin vergüenza el alma.
Rompiendo la burbuja de lo ilusorio... no reflejándose en el espejo de lo banal.
Luz sin límite... luz sin sombras... pureza... comunión... 'no dos'.
La transparencia... no ser separado... no pretender... no querer... no desear... no resaltar...
La transparencia... toda la transparencia.
Quien no es separado, resplandece
y, en ese resplandor de no querer ser exclusivo, nuevamente, se Es de verdad.

KHAAM-EL




   El ego te pinta, como en un espejo o en una brillante burbuja, un futuro color de rosa para dejarte después completamente en tinieblas, solo y abandonado. 
   ¡Vamos! Lo bello, amoroso, pleno y feliz es antes del ego... vamos, vamos, despierta y sal de la burbuja que todo lo distorsiona... regresa a la pureza del corazón lleno fraternidad y Amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario