LA PUREZA ESENCIAL - VÍDEO *

      Los seres humanos viven inquietos, muy, muy inquietos, porque experimentan miedo, dolor, pena y llenos de dudas titubean sin cesar. La cuestión que abordamos en el vídeo de la charla adjunta a este escrito, es como enfrentarse con esos miedos, dolores, penas y dudas, para que puedan desaparecer de una vez por todas. Y para eso hemos de prestar mucha atención a la atención misma. Pues la distracción personal, la idea del ego, busca perfeccionarse y evolucionar de múltiples e insospechadas formas, para intentar acabar con esa duda que le inquieta; pero esta huida hacia adelante no hace más que acrecentarla, ya que cada respuesta obtenida conlleva nuevos interrogantes aparejados, y así sine die. sin acabar de estar totalmente feliz, sin lograr mantener siempre la paz mental. 

   Visto lo antedicho, la única manera de no tener miedo, dolor o pena, es no escuchar al ego, viviendo presentes, conscientes, yendo a la raíz misma del pensamiento, retornando a la pureza original de la mente, a la consciencia plena, al corazón enamorado de Amar. Pero ¡ojo! Amar de veras, sin esperar una respuesta especial a ese hermoso acto, libre y voluntario. Sí, amando, contra viento y marea, por encima incluso de uno mismo y sus tendencias. Así se regresa al instante presente, soltando sueños e imaginaciones vanas. Porque es sólo volviendo conscientemente al instante presente como se ve que todo problema ya había sido resuelto, antes incluso de que llegara a poder plantearse. Simple, el retorno a la pureza esencial es -valga la redundancia- esencial para dejar de sufrir por lo banal. No conformarse con las excusas o las justificaciones surgidas de la perspectiva personal y egoica libera, sin excepción, del miedo, la pena, el dolor y de las dudas que les acompañan. No te dejes engatusar por las falsas promesas del ego, retorna a lo santo y puro, no persigas por más tiempo tus deseos, despréndete de todos ellos, y la eternidad original resplandecerá en toda su pureza y plenitud.

KHAAM-EL

   Retornar al recuerdo puro de quién realmente eres, disuelve toda la dolorosa distorsión de haber creído ser quien no pudiste jamás ser.