viernes, 23 de agosto de 2019

EN NUESTRO INTERIOR: LO DIVINO


Lo que motiva un preguntar indeciso y ciego
por la dirección a tomar para encontrar la Verdad
es la confusa niebla del egoico pensamiento
pretendiendo alumbrar con su espesura
inexistentes sendas en el abismo del tiempo.
Detén tu externalizante impulso.
No seas grito iracundo ni mutismo horrorizado
buscando excusas a sus propios gritos o mutismos
surgidos de su inevitable evanescencia.

Admite...
anhelar lo ajeno enajena
en su proximidad de lejana comprensión;
pues, acercarse a lo distanciado aísla cuanto más cerca...
Acumular riquezas empobrece.
Atesorar recuerdos olvida el presente.
Unir separaciones aumenta lo disgregado.
Listar deseos a cumplir maniata el instante.
No busques afuera lo que siempre te acompaña.
Profundiza en lo interno
y lo inmediato será comunión infinita, ahora.

Es nuestra actitud
fiel reflejo de nuestros más hondos impulsos;
siendo la voz del alma canto bendito
en el íntimo fulgor insonoro
de la eterna llama del espíritu
que al mundo ofrece su fuego...
Aquello que amamos estalla
-desde el insondable recóndito-
con la rotundidad de lo sencillo y puro,
hasta alcanzar lo inalcanzable.
Nunca hubo distancias en el aquí consciente.
¡No sueñes la muerte!
El ahora siempre es aquí.
El tiempo es una encrucijada interior
de personal perspectiva externa
que parece devorarlo todo desde un afuera inconsistente.
Mas, si no se escoge ninguna dirección en particular
el ahora resplandece a la luz de lo eterno e indiviso.














No vayas de acá para allá como una veleta
al empuje de los vientos.
Moverse en círculos no conduce a ningún lugar.
Los ciclos aparecen como algo nuevo
aunque siempre repiten lo antiguo.
Deambula ávido por el mundo
y hallarás breves gozos para el cuerpo;
después: deterioro y muerte.
Medita... Profundiza... Indaga...
Camina en tu mente
y hallarás eterno júbilo para el alma; siempre: vida.
Conoce...
Las direcciones exteriores conducen siempre a ninguna parte,
a un volver a empezar;
pues, el devenir de las formas a todas engulle y destruye.

Entra en tu casa y descansa.
¡Ojo! Sonríe... ¡ninguna parte no existe!
Ergo, recomenzar en lo externo es ilusorio.
¡Despierta!
No te afanes por lo que se derrumba
ni te apenes por lo que va y viene...
Nunca hubo alternativas reales en lo transitorio
ni tampoco egoicas escapatorias.
Buscar tu hogar estando en él es absurdo
y a todas luces, insensato.

Sólo hay un único sendero de reposado encuentro
y es el inmediato y profundo y silencioso
y quieto y diáfano y desprendido ámbito interno.
¿Quieres caminarlo?
o ¿prefieres seguir soñando
externalidades de funesta vanidad?
Sencillo...
íntimo es el camino al Cielo.
Si has decidido recorrerlo... ¡oh, afortunado! ...
en tu interior te espera y encuentra
la Infinitud del Ser
para ser como eras antes del principio,
espíritu puro, amoroso, feliz, ilimitado, en paz, pleno y eterno.

KHAAM-EL



¡Bendiciones! 
El Cielo, lo Excelso, lo Santo... el Amor, 
se encuentra en nuestra alma bendita.
No mires afuera 
y celebra jubiloso, agradecido y lleno de fervor...
Dios mora en nuestra entraña
y es nuestro Hogar Eterno.




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