Junto a este escrito edito el vídeo de una charla en la que ahondo en lo obvio de lo obvio, en cómo -en lo profundo- nuestro ser es uno con la Vida... uno con el Amor... uno en Dios.
En esencia y en verdad eres, soy y somos, más allá de la ilusión de lo temporal/corpóreo, vida plena del espíritu, consciencia pura, eterna, bienaventurada, e inseparable del Amor de Dios. Por eso, nada hay nada que defender o lograr, tan sólo reConocer que la Divina Unicidad de Dios ya nos salvó de lo aparente incluso en lo aparente. En consecuencia, por tanto, respeto y honro tu ser eterno aún en lo aparente. Sencillamente: Eres/somos dignos del Amor... Y ahí, única y felizmente, decimos amén.
KHAAM-EL
El Amor de Dios nos colma y bendice eternamente.
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