Acompaña a este escrito el audio de una charla en la que hago hincapié en cómo la Verdad, al ser Verdad, no tiene opuesto. Y, consecuentemente, la unicidad Divina -que la Verdad Es- no conoce distancias que valgan o aparten, porque en Su plenitud la separación egoica es reConocida como imposible. Lo único que parecía distanciarnos eran los pensamientos que fabricamos para sentirnos diferentes y especiales. Pero Dios (la Divina Unicidad) no sabe nada de especialismos ni de egos, luego el ego no existe y no había por que librarse de él mediante alguna fórmula especial o exótico descubrimiento, tan sólo no dándole significado ni credibilidad a sus vanos pensamientos vemos lo irrelevante de hasta entonces considerado relevante. No somos el cuerpo ni sus historias. Ahí, todo se simplifica en la evidencia de que no volvemos a Dios desde el ego, sino en la vivencia clara de la indistanciable llenura que somos en Dios, vacía por completo de la posibilidad del ego y sus ilusorios mundos de impermanente manifestación.
KHAAM-EL
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