martes, 22 de octubre de 2019

EL PERDÓN DISIPA CUALQUIER RESENTIMIENTO

   Se ha de dejar de justificar el resentimiento o el rencor como algo natural para hallar lo verdaderamente natural y vivir con verdadero gozo, paz y sabiduría. Entregar el corazón a Dios y entrenar con constancia la mente a seguir el inagotable flujo de Amor que de la Divina Unicidad mana, en lugar de acampar en la sequedad del arrogante y a la vez temeroso ego, ofrece al alma la posibilidad del perdón; ese bendito acto de liberar a los demás de la proyección del propio resentimiento, de no guardar cuentas de afrentas u ofensas. Porque cuando se escoge el Amor en lugar del miedo se deja de vivir agonizando, de patalear lloriqueando y de atacar para defenderse sin cesar de algo o alguien elegido como enemigo. Perdona y regresa al amor. Ya no más rencor, odio o venganza; ya no más excusas de mal pagador ni desdenes de desconfiada interpretación personal... Ahora transformas el aislamiento en comunión... la separación en unidad... el recelo en confianza... el miedo en Amor... las mentiras en Verdad... la ira en perfecta paz... sí, ahora, despiertas de una dolorosa pesadilla llena de maldad. El pasado pasó, no lo repitas más... abre el futuro a un presente perdonado... y el sueño se irá diluyendo acercándote a un insospechado despertar de inimaginable comunión y vida eterna.

   Que no te engañe lo superfluo, erudito o vistoso. El perdón es más que palabras, aparatosidades o  meras intenciones, es un don del Amor de Dios para retornar de nuevo a Él que reside en lo más hondo de nuestro ser y que trasciende el tiempo y sus veleidades... es un desapego del apego que disuelve cualquier atracción por identificarse con el ego, devolviéndonos a la relación santa con nuestro prójimo compartiendo el Bien incluso con aquel que, por su idenificación egoica, obra mal... y, gracias a ella, reencontramos nuestra Identidad Esencial... pureza, bienaventuranza, dicha... la santidad de ser Hijos de Dios y no de la carne y el esquivo tiempo. Estate presente, consciente, humilde, considerado... Únete al Amor y no sigas los dictados del rencor; el perdón disipa cualquier resentimiento con la misma facilidad que el viento se lleva y desvanece las nubes. Haz lo que te hace verdaderamente feliz y extiende el don del perdón, y, no tengas la más mínima duda, éste transformará tu vida en bendición mientras les recuerdas a todos lo santo, bienaventurado y pleno. 

KHAAM-EL



No te nubles con complejos ni orgullos,
no te apagues con codicias o iras...
Sé lo que en verdad eres y brilla.
Unirse en la luz es volar libres en comunión;
por tanto, sé un hermano para tu prójimo 
y no su enemigo.
Abraza la vida en su totalidad...
Dios nos Ama a todos por igual.
Abre tu mente y corazón al perdón 
y dejarás de sentirte dividido en tu interior.




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