sábado, 19 de octubre de 2019

SALIENDO DE LA ILUSIÓN DE LO SEPARADO

   Creerse separado del resto de la vida es sentirse un ego y, por tanto, experimentar la ilusión de lo separado. Por eso,  para retornar a la realidad de lo esencial y perenne, contempla con desapego todos tus supuestos apegos y verás allende las apariencias, más allá de lo perceptivamente separado; ya que lo aparente se muestra diferente porque la idea de lo personal parece especial y sesgada, alejada e irreconciliable. Más, las diferencias tan sólo son preferencias subjetivas de la mente tomadas por objetivas, aceptadas como creíbles e inverosimilmente sentidas aparte por una supuesta parte (ego). Cuando, sencillamente, los objetos de percepción son inestables representaciones de la consciencia experimentadas como externas, incluyendo en esto el propio cuerpo que, en consecuencia, es experimentado como si fuese externo mediante, por ejemplo, la vista u otro sentido físico. Esta experiencia disociativa de la percepción agita la mente y la pone en actitud defensiva y planificadora, al considerar que está a merced de sucesos ajenos a ella misma. Y sufre a consecuencia de su preestablecida incertidumbre acerca de la relación, por lo que, para compensarlo, busca satisfacción y dominio en procurar acomodarla a su deseo personal.

   Semejante manera de pensar adolece de precipitación de juicio, distorsionándolo todo desde aquello que pensamos y sentimos acerca de nosotros mismos, al ignorar la naturaleza esencial de la consciencia y tomar a una parte imaginaria como un todo real. Así, una vez la relación sujeto-objeto se ha establecido como cierta, la sensación de separación arraiga en la mente con fuerza, dándose por sentada su existencia independiente, y, si no se corrige con presteza, esta manera de razonar fabrica justificaciones imaginarias en un mundo tan imaginario como todas ellas... Efectos pensándose causas; identidades personales soñadas como despiertas; la idea del yo (ego) frente al otro (egos) rivalizando por un común espacio vital cobra cuerpo y atención, velando la unicidad y la plenitud con presumidas objetividades de lo más subjetivo... En definitiva, una monumental y absurda distorsión de lo limitado e impermanente aparentando sólida coherencia; un ilusorio suceder que muestra lo que es nada como si fuese algo por el vínculo separativo que, en nombre de lo personal, se autoproclama como enlazador de lo ajeno. Por esto, catalogar la vida y su ámbito como separado entre sí, es demencia considerada cordura mediante la seductora contradicción que -justificándose con paradojas de atractivo desafío, pero vano resultado- propicia buscar la solución en un enmarañado mañana distractivo de la sencillez, claridad y pureza de lo inmediato. De tal modo que en un traslucido revoltijo de promesas incumplidas e incumplibles buscando en vano su cumplimiento tórnase el juicio...  asomando la distorsión y la angustia más atroz por las hirientes rendijas de lo separativo. Percibe al perceptor de imposibles que los proclama ilusamente como posibles... llantos que piden alegría, miedos buscando amor en el odio, dolores y sufrimientos mendigando placer, tediosas fatigas recurrentes tras breves descansos, silencios repletos de palabras, embustes y cuentos disfrazados pomposamente de verdades, nacimientos incesantes pregonando su muerte desde el comienzo. Medita. No puede haber paz en en lo que se siente en conflicto. Tan sólo saliendo de la ilusión de lo separado y abandonando la atracción por la culpabilidad puede hallarse paz en el presente.

   Ahonda. Indaga. Conoce. La aceptación y la asunción de la responsabilidad por los pensamientos, abandonando la tentación de buscar un culpable al propio sufrimiento, libera de la atadura de los juicios, trayendo de nuevo la sensatez y la paz mental a un presente puro y autoluminoso. Al fin, todo principia a despejar, mostrándose clara la senda a seguir a partir de ahora, desde una consciencia infraccionable. Sencillamente, aquietarse en lo esencial bendiciendo el instante instante a instante nos colma de paz. Simplemente, el meditar con sinceridad y hondura nos facilita admitir la vacuidad de lo personal/objetivable, encaminándonos hacia lo incalificable y ciertamente vital. ¡Despierta! No distanciarse de lo acontecido reunifica lo inseparable en un súbito despertar de lo ilusorio... todo lo percibido sucede en la espaciosidad ilimitada de la consciencia, en la inacabable bendición de Dios. No temas, ni adentro ni afuera tienen sentido en lo veraz. Sal, pues, de la ilusión de lo separado y reposa en la acción todoabarcadora que descansa en un presente intemporal, que comulga en la gloria de la Divina Unicidad, que nos colma en la bienaventuranza de lo Santo... Paz, libertad, sencillez y dicha inefables... La Realidad es una. La Verdad es una. El Amor es uno. La Plenitud es una. La Vida es una. Nada hay separado de nada... algo nunca fue aparte de algo porque en lo que es Uno no existe algo, sino que es Existencia Pura.

KHAAM-EL



Instante, imágenes, música y contemplador indistintos.
'No dos' trasciende la percepción... 
Medita... Conoce... Sé.




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