¡BENDICIONES! TOD@S SOMOS UNO EN DIOS

   Interioriza tu vivir y no lo proyectes a la ligera, puesto que la ligereza de los juicios personales todo lo confunde y complica. Cuando uno se enoja, avergüenza, impacienta o entristece al escuchar a su prójimo, es que sólo se escucha a sí mismo. Tanto si pretendes convercerle de tu perspectiva personal y negar la suya, cómo si te unes a su perspectiva particular haciéndola tuya frente a la de otros que no lo ven igual, acabas perdiéndote en la caótica diversidad del mundo, que con su oropel atrapa y fascina a todos aquellos que no rinden sus perspectivas personales, dejándolos finalmente insatisfechos, resentidos, abatidos, desesperados, bloqueados, confusos..., espantados por el sufrimiento y el miedo a la fragilidad y la muerte que a todas las cosas del mundo acompaña. Por tanto, amig@, ve más allá del parloteo mental con el que el ego te tienta ai dentificarte con esa fragilidad y mortandad. Tú no eres él, ni tu prójimo tampoco. Escucha atentamente, desde el corazón abierto y solícito, a todo aquel que contigo se comunique, sin juzgarlo con conceptos surgidos de la frágil, torpe y sesgada memoria. Escúchale con la mente serena, receptiva, en paz; compartiendo tu seridad en el sagrado silencio del presente (sin pasado ni futuro, todo aquí y ahora), y conocerás rincones escondidos de tu alma que serán sanados a la Luz de la Consciencia Una, a la Luz de la Bendición Universal, que nada juzga y sólo Ama. Y, desde esa Luz que trae un Paz infinita, una paz más allá de todo entendimiento, extiéndete en el mundo..., desplegando lo esencial desde lo esencial, sin esfuerzo, con presencia. Porque, ese bendito vivenciar es lo que realmente eres, lo que ciertamente somos: la Verdad indestructible y compartida del puro Espíritu, del puro Amor, de la pura Dicha, del inacabable e inefable BienEstar. ¡Bendiciones! Somos tod@s un solo SER en comunión, eterno, santo, bienaventurado... Sí, tod@s somos Uno en DIOS.

KHAAM-EL

Celebra con exaltación jubilosa

la indivisa unidad esencial de la Vida...

Comparte siempre de corazón con tu prójimo.

Despiértalo de la pesadilla del ego,

y despertarás con él.

Porque despertamos juntos,

por la Gracia,

a la eterna plenitud del Amor de DIOS...

a Su Infinita Gloria... a Su Bendición Universal...