miércoles, 22 de julio de 2020

EN LA NADA, TODO

   Uno se extravía en lo externo cuando busca más allá de sí el significado de todo. Más, sólo vaciándose uno de lo que cree ser emerge con nitidez todo lo que sí Es. Profundiza en lo que hay, haya lo que haya, y halla, en el vacío de lo que aparenta ser, lo que nunca se perdió. La inmensidad, la infinitud de la vida, se nos revela desde dentro, desde la paz mental y el sosiego del alma... Confía en el devenir y déjalo ser. No te empobrezcas atesorando creencias, suposiciones o conjeturas que únicamente agitan y confunden. Lee estas palabras desde lo hondo, desde lo silente... Es más allá de ellas, allende los conceptos que éstas te sugieren... Sencillamente nos facilitan ver nuestra mente, nuestros propios conceptos, yendo al espacio consciente que los posibilita... Ya somos lo que no puede dejar de ser: lo esencial, todas las posibilidades y, a su vez, ninguna en especial. Porque es soltando todos los conceptos que uno cree acerca de sí, cuando se da cuenta de que lo atemorizante tan sólo era un 'sentirse en un cuerpo' que sin los juicios que lo sugerían se funde en lo inefable e ilimitadamente extenso... pura Divina Unicidad... plenitud inevitable e imperdible. Permanece, pues, presente y déjalo ser... no te agarres a la sensación 'soy el cuerpo'. Estalla en una concienciación que no se adhiere a límites ni a catalogaciones. Ahora, aquí, dejándolo todo ser, sí, de veras, el silencio unificante, la comunión de vida, la Realidad Suprema, lo inmutable e indestructible destruyendo todo lo aparente, mutable e inconsistente, en el esplendente fulgor del Amor que en la nadidad del ego brilla en todo desde todo y para todo. 

   No huyas de vaciarte de todo lo que sobra, de abandonar sin contemplaciones la cháchara mental que el ego te tienta a confundir contigo. Sí, en la quietud de la mente, en la nada conceptual, el ruido mundano es visto como una oportunidad (no como un enemigo o un contratiempo) para tomar de nuevo consciencia de la insondable calma de lo sagrado que en lo más sustancial e íntimo palpita. Así que, siempre aquí y ahora, haz lo que debas desde lo hondo y calmo, desde lo amoroso e inclusivo, y deja que surja lo que ha de surgir espontáneamente, sin cálculos ni vanas expectativas; permaneciendo presente, vacío de conceptos, atento, en confiada claridad, con liberador desapego. Y, sin previo aviso, la vivencia de lo santo se constata. Evidentemente, cuando se anhelaba ser alguien, sentirse un don nadie era una angustia y un desespero recurrente. ReConocerlo propicia que la ilusión se desvanezca por completo y, de nuevo, te colmen la Luz, la Vida, la Infinitud... ya no te entierras encerrándote en la carne como si esta fuera tu hogar. Al fin, como antes del tiempo y sus formas, perfecta paz, sin necesidad de ser alguien especial, diferente, separado. No te proteges ni huyes, no atacas o te escondes; y, siendo nadie, siendo nada, Todo Lo Que Eternamente Es, ES.

KHAAM-EL



Vaciarse de ilusiones llena de Realidad.
Vaciarse de conceptos llena de Verdad.
Vaciarse de temores llena de Amor.
Vaciarse de deseos llena de Libertad.
Vaciarse del ego llena de DIOS.
Ahonda... Comprende... Despierta...
Ahora, aquí, en el mundo se nos da tiempo 
para encontrar en él un pedazo de Cielo
que nos transporte a lo Eterno, Santo y lleno de Paz,
viviendo la vida en plenitud todo el tiempo que tenemos;
eligiendo el Mensaje de Unidad más allá de las palabras,
los conceptos, las definiciones y los límites...,
para despertar y recordar quien siempre hemos sido:
Espíritu Inmortal... Divina Unicidad.



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