VIVIENDO EN LA MARAVILLA

   "La tarea del obrador de milagros es, por lo tanto, negar la negación de la verdad. Los enfermos deben curarse a sí mismos, pues la verdad mora en ellos. Mas al haberla nublado, la luz de otra mente necesita brillar sobre la suya porque dicha luz es la suya."

Un Curso de milagros T 12, II:1

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   Vive la maravilla de Vivir con mayúscula y no la enturbies con las miradas recelosas del ego que todo lo nublan y oscurecen. Ábrete al instante, sin condiciones, al momento que vives, al momento que es. Este instante, este preciso y precioso momento, es único... Y te trae la claridad y bendición de lo santo, de lo eterno, de lo inefable si lo experimentas con el Corazón, si lo vivencias con el Alma. Confía en la confianza; mas, nunca confíes en la desconfianza o derrumbarás todo aquello que en lo esencial quieres construir, porque las premisas y postulados excluyentes sobre los que descansa la perspectiva egoica se destruyen entre sí, mientras que los principios inclusivos sobre los que se extiende la Vida se armonizan creando sinergias conducentes al Amor, a la Dicha y a la Paz. El Corazón perdona y confía... confía en él. El ego resiente y presiona... no pongas, por tanto, tu confianza en él.

   Sepárate de lo separativo y estarás centrado, tendrás la mirada limpia y el corazón puro... Inclúyelo todo, incluyéntote a ti mismo en esa inclusión, y lo sincrónico te ubicará en aquello que estuvo siempre más allá de lo ubicable. Sencillamente, aprecia este instante en su pureza original y no lo mancilles con resentimientos pasados ni expectativas venideras. Vive y deja vivir. Reconoce el flujo natural de la vida como amigable, a pesar de las apariencias, y lo pleno e indivisible despuntará en tu mente evidenciando cómo el contemplador es indiviso de lo contemplado en la contemplación misma. Mira ahora las miradas y no desconfíes del Amor. No condenes. Sé paciente. No huyas. No agredas. Ofrécete de corazón. No te escondas. No excluyas ni te excluyas... o te avergonzarás de tus propios pensamientos y enojado repudiarás lo bendito, santo y lleno de paz. Por eso, amig@, recuerda que el Amor no está sujeto por el miedo ni la avidez y, en consecuencia, no sabe de separaciones ni conoce recelos. Mantente presente y conoce cómo la existencia no sabe de ausencias pues el Espíritu es Presencia, Inextinguible Luz, Vida Eterna, Infinita Pureza. Sé firme y reniega de todo aquello que niega. No busques no buscar... y encuentras. No pidas no pedir... y recibes.. No camines no caminar... y llegas. No culpes no culpar... y refulge la inocencia en tu corazón. No mires no mirar... y nada queda oculto. No des no dar... y tienes. No liberes no liberar... y nada te retiene. No ataques no atacar... y vives en paz. No sirvas no servir... y vales. No encuentres no encontrar... y siempre tuviste. No acabes no acabar... y está hecho. No celebres no celebrar... y te regocijas. No temas no temer... y, con seguridad, todo el Amor. No ames no amar... y, sin duda, la vida se abre en plenitud... No escapes hacia un incierto futuro ni te parapetes tras memorias pasadas y estate presente en el presente... Queda en paz en él y vive en la maravilla de lo milagroso, de lo sincrónico, de lo inesperadamente clarificador. Contémplalo todo en su sustancial unicidad y te presenciarás como presencia ilimitada, inseparable de todo, en comunión con todos... ¡Bendiciones! Ahora vives de veras... los milagros te acompañan, bendicen y santifican según liberas, bendices y santificas. Simple: sálvate salvando, sánate sanando, ilumínate iluminando... sin exclusión alguna, sin excepción posible. Y de repente, como siempre, como antes de todo antes y después de todo después, DIOS... DIVINA UNICIDAD.

KHAAM-EL

Confía... no temas...
Vive en la maravilla de lo milagroso,
de lo sincrónico, de lo inesperadamente clarificador
aún en medio de la tribulación...
Todo finalmente es para Bien
aunque a corto plazo muchas veces no lo veamos.

Deja que el Amor desde lo más hondo del Corazón 

sea melodía de bendición y santidad,

de sosiego e íntimo regocijo,

de esperanza y felicidad,

de luz, paz e infinitud.