jueves, 30 de julio de 2020

EL LA PAZ EL SUFRIMIENTO CESA

  Mira atentamente el mundo que tienes delante. Míralo con ecuanimidad y asombro. Míralo con honesta humildad y conocerás lo en verdad importante, lo de veras esencial, útil y cohesivo. Vivir enervado es padecer y hacer padecer como una serpiente venenosa que se muerde la cola. Todos reconocemos cómo el sufrimiento surge feroz en el estallido de los conflictos y en la atrocidad de las guerras, pero muy pocos reconocen su propia contribución al estallido o al agravamiento de los conflictos y las guerras a consecuencia de su propio pesar y de su propio sufrimiento no resuelto. Atisbar que cuando surgen los conflictos y las guerras es el estallido de todos esos pesares y sufrimientos que se agazapan en nuestro interior, permite no acusar al prójimo y comenzar a cambiar el mundo justo donde ha de comenzar a cambiar: en uno mismo. Ahora se hace evidente que es el propio pesar y sufrimiento no resueltos, por el apego a los deseos y fantasías, los que buscan un culpable en el exterior por su no consecución. Ve más allá de las apariencias y sanarás el sufrimiento. Simple: necesita el ego esos pesares y sufrimientos para justificarse y perdurar; más, el Amor deshace el ego y trae alegría y paz al corazón en un presente cálido y libre de temor. 

   Por tanto, no sigamos girando hasta la nausea en nuestro dolor y aceptemos los vaivenes del mundo, sus momentos de sinsabor o sacudida, con entereza y sosiego, con una mirada amplia y receptiva a un aprendizaje o descubrimiento, en vez de caer en la pronta tentación del juicio o del reproche. Aprendamos lo esencial no valorando apariencias y, cómo diría John Lennon, démosle una oportunidad a la paz. No sigamos, amig@, los ciegos dictados del pesar y el sufrimiento. Entonces, de súbito, es al fin evidente que el fin del sufrimiento es a su vez el fin de todo conflicto, de todo juicio o resentimiento, gracias a un inmenso perdón y una sincera compasión que comienza con uno mismo hasta lo infinito. Atendamos, pues, al espacio que abarca a todos esos pensamientos angustiosos y, sin obstáculo alguno, se oirá claramente la Voz del Silencio... insondable pureza, incuestionable unicidad... paz, profunda paz de Espíritu, que acepta el instante tal como aparece, con apertura, sin avideces, indiferencias o reproches, en profunda comprensión más allá de palabras y expectativas... claridad, libertad, comunión, eternidad... Ser en plenitud. Vacíos del ego, llenura infinita de Amor y Dicha. Medita y desvela... ReConoce que como el sufrimiento surge en el tiempo y en él desaparece, nunca ha podido ni podrá jamás ser real... ¡Despierta! La Verdad es infraccionable, no sabe de egos ni lapsos formal/temporales, es inorillada y bienaventurada en Su compleción, de la que nada se encuentra separado en esencia... aquí y ahora todo pesar y sufrimiento se desvanece en la intemporalidad presente y, de nuevo, como antes de todo antes y después de todo después, siempre sólo todo la Divina Unicidad palpitando en lo más hondo del Alma, en lo más puro del Corazón, en la ilimitada hondura de Ser.. 

KHAAM-EL



Seamos libres con consciencia
de los feroces e irreflexivos pensamientos egoicos.
No nos dejemos avasallar por ningún pensamiento tendencioso,
pues sólo ofrecen separación, sufrimiento y pesar...
No más conflicto proyectado, 
démosle de veras una oportunidad a la paz.



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