DIOS Es Amor Infinito, Misericordia Inagotable, Bendición Universal, Luz de luces que traspasa y desvanece oscuridades, Bien de bienes que atraviesa y desarma maldades, Vida de vidas que horada y resucita muertes.
En cuanto renunciamos a los enrevesados senderos del ego e iniciamos un nuevo camino, una senda diferente a todas las antes recorridas, una resuelta vía caritativa, humilde y honesta, anhelando sinceramente la verdad del Espíritu, todos nuestros pecados quedan perdonados, todas nuestras faltas, malicias y negligencias quedan subsanadas... El presente queda liberado, por la gracia, de pesados yugos y onerosas cargas. Lo transitorio, no es. No somos ego, ni carne, ni duelo. Ser siempre Es SER. DIOS no se muda, ni lo que de ÉL surge (todos nosotros en esencia y veracidad) tampoco.
Ahora lo dormido despierta, lo pecaminoso se abandona y absuelve, lo enfermizo sana, lo moribundo renace; es el Espíritu quien vive, no el cuerpo... La esperanza, de súbito, anida feliz en el corazón y el alma vuela a esplendorosos ámbitos insondables para la carne e intelecto humanos. Y, quedando así el alma exonerada de lo pretérito, al momento, plena, se extasía en comunión, resplandeciendo en Indiviso Amor, Interminable Amor, Intemporal y Bienaventurado Amor... DIOS Es; por eso, a pesar de los quebrantos del ayer, hoy (siempre hoy) alborea en el tiempo la promesa de atemporal Plenitud, de cierta Unicidad Divina: Lo Que Es, ES.
KHAAM-EL
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