martes, 21 de febrero de 2023

CAÍDA, DESPERTAR Y ELEVACIÓN


     En cuanto la esencia viva se identifica con lo egoico, se cree razonable lo irrazonable mientras lo ilusorio se toma por real. Lo que es indivisible, considerándose equívocamente fragmentado, sufre, teme y persigue su salvación adentrándose más y más en lo que le resta y escinde, pues el ego, o 'yo voluble', sintiéndose solo y aparte en su particularidad deseada e imaginada, olvida el Amor escogiendo el miedo. Negando así la plenitud esencial de la comunión de Espíritu, de la que que ahora se siente ajeno. En su huida, tiempo y forma surgen entorno suyo, ocultando de su conciencia la luz de la espaciosa infinitud de lo santo, para malvivir en la tenebrosa sima del mortífero endiosamiento de la carne.
    Pues, cuando lo indiviso, tras percibirse separado, lo justifica, por muy indiviso que sea, se comporta como lo dividido; y, lo dividido, tiende a su vez a dividir, descendiendo el 'yo voluble' en una letal y maligna espiral de angustia y confusión por codiciar y perseguir deseos especiales que nunca satisfacen y siempre acaban maliciando. Hasta que el cuestionador se cuestiona a sí mismo viendo su contradictorio razonar, y lo desecha por completo. Ahí, la caída se detiene, el sueño de muerte va desvaneciéndose, y la elevación desde la oscura gruta del ego a la luz del Espíritu comienza.
    No hay otra, o somos de la Trasparencia Infinita del Espíritu (DIOS VIVO) o nos perdemos, apegados a las cambiantes formas, entre lo negro y lo blanco y sus innumerables matices, que una y otra vez, nos dan gato por liebre, o mejor dicho, parafraseando a Pablo de Tarso, "buscando el bien que quiero, hallo en mal que no quiero".
    Conocer la Verdadera Vida, la que Jesucristo enseñó, nos libera del aparente y ensoñado 'yo voluble', preso en función del tiempo (ego, mente/cuerpo, personalidad) para despertarnos de la ilusión y redescubrir nuestro genuino ser, eterno, pleno y en comunión (alma, espíritu, ser, consciencia pura; las palabras no pueden definirlo, quedan cortas) y de nuevo ascender a la inefable e indivisa Plenitud de DIOS VIVO, de la que realmente nunca pudimos en esencia caer. Por eso, o estamos con/en la Verdad (realidad amorosa, espiritual e inmortal), o a parte/contra ella (ilusiones competitivas, segregadoras, terrenas y caducas).

KHAAM-EL


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