Detrás de las figuras que se entretejen en el tiempo, en lo más hondo de las almas que se expresan mediante frágiles cuerpos, hay un ámbito inabarcable e insondable de radiante plenitud, de Divina Unicidad, de gloriosa y bienaventurada comunión, del que todas ellas -por la gracia creadora- en el momento preciso surgen, interaccionan, conocen, comprenden, viven en paz, aman y por fin regresan, para desde ese reencontrado ámbito insondable e inabarcable de Divina Unicidad, transfiguradas, extender el Reino Eterno del Amor y la Vida a nuevas generaciones creadas con capacidad creadora de inseparable sustancia y consciencia.
KHAAM-EL
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