"Mi lastre y mis amarras me dejan, mis codos se apoyan sobre los oleajes del mar.
Escalo cordilleras, las palmas de mis manos abarcan continentes.
Camino con la vista."
Walt Whitman
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El lastre de lo banal no amarra al espíritu valiente, honesto y contemplativo. Mirar lo profundo es contemplar lo elevado. La esencia es quien fecunda la forma, nunca a la inversa... Se expande la consciencia en su núcleo inmortal, en su centro sin periferia, en su eterna raíz. Tan importante es la mota de polvo como la cimera cumbre y tan valiosa la sencilla ameba como la más desarrollada de las inteligencias.
Crece la semilla hasta entallarse árbol. Crecen los niños deviniendo adultos. Y crece la vista hasta lo infinito, despertando del sueño lo dormido.
Son las ideas destellos de la consciencia... sinfonías de colores, mezcolanza de aromas, sabores y texturas de vibrante entrelazamiento y repulsa.
Un deseo, un destello... La acción, un racimo de destellos... Y el Espíritu, el sagrado ámbito infinito donde suceden todos los destellos.
Una mirada despierta, abarca todos los mundos y trasciende todos los tiempos. Norte, sur, este y oeste... dentro y afuera... esto o aquello... el espacio/tiempo es un espejismo que se cree y siente carne moldeando la forma. Mas cualquier horizonte es un ensoñado límite percibido por un puntual ente ensoñado en lo ilimitado.
La vida pura y plena, inenarrable, sabia e inacabable impregna el cosmos sin verse en su meollo afectada o dañada por él.
Es el universo un instante localizado en lo 'no local'... Una gota imposible evaporándose al calor de lo real... Un improvisado parpadeo imaginario... Una egoica palabra jamás pronunciada... Un beso dado a la nada... Un temporal desencuentro que encuentra, en el consciente instante presente, lo intemporal.
KHAAM-EL
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