Abramos la mirada del Alma, y regocijémonos con ella. Somos en esencia libres, eternamente libres. Nada en el mundo es lo que superficialmente parece. Los ebrios de poder son los más débiles. Se apoyan en sus ilusorios
egos, suponiendo que éstos son su verdadero ser. Y, creyéndose a
pies juntillas su delirante relato de personal grandiosidad y
autoexaltación, tienen miedo y se defienden atemorizando e
insidiando a sus prójimos, sin límites ni moral, intentando con
desespero incrementarlo por terror a su pérdida... Y por horror a
mirar dentro de sí, se escudan en la soberbia. Y por pavor a la luz
se esconden tras arcanas tramas. Y por angustia a la carencia
estafan, difaman e incluso asesinan. Y por odio a la verdad, que les
revelaría su error, propalan mentiras haciéndolas pasar por
axiomas. Y por desprecio al amor, que les impulsaría a arrepentirse
y enmendar, fanfarronean y humillan. Y por espanto a la muerte, se
obsesionan con magias y fármacos que experimentar con el común, como
meras cobayas a quienes manipular y usar. Y por pánico a ser un 'don
nadie' se convierten en servidores de lo tiránico y diabólico. Mas,
aquello que no es del Amor y la Verdad, de lo Eterno y lo Puro, está
obligado por su propia endeble base a derrumbarse sobre sí; y cuanto
mayor sea su demasía, mayor el derrumbe que devendrá.
Por
eso, no temamos a los poderíos del mundo, no nos dejemos seducir por
ellos, ni les contraataquemos con sus armas. No sea que nos
infectemos con el veneno del miedo y el odio que les corroe, y nos
corrompamos nosotros también
La
vida es del Espíritu, jamás de la carne; de la comunión de vidas, no del egoico separatismo. En consecuencia, al mal, el
bien; a la oscuridad, la luz; al revuelo, la calma; a lo aparente y vano, lo real y esencial; a la adversidad,
la esperanza; a la codicia, la generosidad; a las burlas, la entereza; al odio, la misericordia; a
la jactancia, la humildad; al intrusismo, la libertad; a la ostentación, la sobriedad; al miedo, el amor; a la
injusticia, la verdad; a lo separativo, la unicidad; a lo carnal, lo
espiritual; al ego, DIOS.
KHAAM-EL