Escuchemos el silencio de la mente...
Los conceptos determinan
y giran en ciclos de conflictiva necesidad.
Pues una
respuesta que no sea total, no es realmente una respuesta...
… Danza, giro y peonza…
Semillas
que se esparcen fecundando carnales ámbitos.
Aguas
que discurren hacia océanos ignotos
exhalando vapores que anublan el cielo.
Corrientes que se surcan,
remansos diáfanos y sendas vírgenes.
Lumbre
invernal, perfumadas flores, trinar de estío y ocre caída.
Palabras que se expresan entre dispares, martilleando
tiernos tímpanos anhelantes.
Labios
que se funden o discrepan...
No dividamos lo indivisible... Abracemos el instante...
Incluyamos lo infinito... Integremos lo inefable...
Aceptemos la derrota del querer salir especialmente victoriosos.
Despertemos, y no durmamos más muertes.
Seamos totales, o no veremos lo destapado por imaginarlo oculto...
…
Baile, vuelta y guazapa…
Anciano
púber que se esconde en el útero de su recuerdo.
Escaso tiempo en angosta senda.
Deseo,
ímpetu, logro y disipación.
Afán.
Poema. Retrato. Risa. Llanto… Panorama intuido
mostrando
arquetípicos signos fugaces.
Rostros
que se observan junto al Espíritu que pleno permanece.
Saludo,
encuentro y despedida.
Guadaña preñada de nostalgia.
Paradójica
e inconclusa respuesta, si sólo se ve la forma...
Sin pretender descifrar nada
en especial todo es, de súbito, descifrado.
Cerrar ciclos es trascenderlos,
elevándonos libres, felices y en paz.
La
plenitud no puede dividirse a sí misma, salvo en sueños.
KHAAM-EL
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