ALZADOS EN ALMAS, FIN DEL OPRESIVO EGO

    No escuchemos los carcelarios, oscuros y turbulentos juicios del temor, que reducen la vida humana al cuerpo y a meros automatismos carentes de la hondura de la plenitud del Amor y de la dicha de sabernos Hijos de DIOS, extensores de la Luz, Almas danzando en la inefable comunión conformadora de un sólo Ser, infinito, unido indisolublemente a Su Creador. Por tanto, no seamos esclavos de las tinieblas y sus seductores ocultismos de disgregador y exclusivista énfasis, soñando ser dueños de lo que se derrumba, ni un por segundo más.

   ¡Despertemos! Vivamos sin miedo, expresemos con claridad lo que hay y obremos en consecuencia. Todo se transforma desde la cepa, no desde las ramas. Tras arrancar con firmeza la ponzoñosa raíz del egoísta miedo, plantemos las saludables semillas de la acción valiente y amorosa para el bien de todos, no sólo de unos pocos sentidos como especiales y considerados por encima del resto. Somos Uno en el Amor... Cuando el Corazón es libre de apegos y recelos, todos los muros acaban por caer, y ni la mismísima muerte podrá sepultar a esa Alma que de lo perecedero se eleva libre, como un águila sobrevolando la tormenta, hacia lo imperecedero, floreciendo y dando buenos frutos: venturosos frutos dadores de plenitud y resurrección.

    ¡Alcémomos en Almas! No más tibieza ni arredro con los vanos y mendaces poderíos del mundo, que con embelecos o con saña, según crean conveniente, ofrecen y ensalzan aquello que no vale para siempre, aquello que en esencia es nada (el ego, la vanidad, la herrumbre y lo corruptible) y denigran lo humilde, sagrado y amoroso. Avancemos sin miedo por la luminosa senda de la Verdad, con una total determinación en favor de DIOS VIVO y Su Divina Unicidad en Espíritu y Bendición.

KHAAM-EL