Antiguos resentimientos no sanados y egoicos deseos incumplidos, nublan el ahora con soñados resarcimientos futuros que perpetúan un allá que no es aquí, según sostienen y reiteran una interpretación de las situaciones que no está vigente ahora, que no es sino una agraviada ilusión particular tomada por realidad universal, una interpretación limitada erigiéndose absoluta. Lejano, siendo inmediato, queda, pues, el presente de quien se ancla en el pasado o fantasea con el mañana, profanando el Templo Sagrado del Amor, el intemporal ámbito de la comunión con DIOS VIVO y toda su Creación, en nombre de relaciones especiales con las que justificar viejos odios y remotos temores que defiendan lo enemistado y revanchista como soluciones (ineficaces y perjudiciales por su egoico origen) a problemas que el propio revanchismo ha forjado. Es por esto que, en este mundo perecedero y engañoso, sólo el Amor sana y salva, llena de gozo el corazón, bendice al alma con una paz más allá de todo humano entendimiento, y nos santifica como Hermanos Espirituales en la indisociable Plenitud Divina.
KHAAM-EL
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