VIDA DEL ESPÍRITU, VIDA VERDADERA
Convertir las piedras en pan, el vinagre en leche y el ajenjo en miel, por un tentador interés personal y sin vero amor al prójimo, olvidando el Espíritu y ensalzando la carne con fatuo propósito, es vivir a medias: que es no vivir de veras, sino languidecer tras un efímero e irreal éxito, al par de cerrar el corazón a la paz y la dicha vivificantes de la Unicidad Divina; apegándose a lo que se aja, separa y perece, según se desdeña lo puro, pleno y eterno.
KHAAM-EL
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