Por ser creída -las más de las veces- sanidad, la dolencia más traicionera es el miedo. Irreflexivo e imprudente, todo lo exagera, tergiversa, divide, evade o ataca cuando no se ajusta a lo esperado; más nunca, con clara conciencia, lo adverso, imaginado o imprevisto atiende, comprende y afronta.
Si por encima de las temporarias ansias carnales sabemos mirar y actuar con el Alma, tras todas las situaciones amargas hay un regalo escondido de perdón, libertad, amor, bendición y hasta incluso de resurrección.
El mundo siempre es sombra de lo infinito, nunca a la inversa. Confiemos, pues, y vivamos hermanados, sin temor, en paz, felices, esperanzados, atravesando valientemente carne y tiempo plenos del Eterno Espíritu!
KHAAM-EL
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