lunes, 17 de febrero de 2020

PROFUNDIZA EN LO HONDO, EN LO ESENCIAL... EN EL AMOR

   No estar presente es estar en nada. Y estar en nada es el olvido del ser, la acumulación de supuestos que distraen de lo real, de lo sencillo y pleno, de lo santo, feliz y eterno. Comprende que dispersarse con ensueños es morir en vida, al no aprovechar aquello que de manera generosa ahora y aquí, siempre, te posibilita vivir sin aferrarte a lo que pretende distraerte con miles de quejas o seducirte con engreídas complacencias que, más pronto que tarde, trocarán también en más quejas. Más, cuando se está atento al instante que transcurre, feliz, sereno, confiado y humilde, sin pretensiones especiales, se permite la emergencia de lo cohesivo; y, en su presencia, nada está ausente de su completitud esencial, de su Amor infinito, de su júbilo expansivo... Con naturalidad, la disparidad de las formas especiales, junto a sus absurdas y dolorosas sus vanidades, se diluye en las anchurosas y cristalinas aguas del abundante e inorillado río de la Consciencia consciente de Ser Consciencia. 

   Profundiza en lo hondo, en lo esencial..., en el Amor que todo lo incluye y trasciende. Ve al meollo y sácale jugo a tu vida... Fluye en el presente y no divagues. Sé feliz, no te lamentes con lo que pudo haber sido y no fue... todo pasa en el mundo, nada queda de lo percibido; sólo el Amor que pusimos permanece. ¡Despierta al presente! No vayas tras sueños venideros que se tuercen en pesadillas pasadas; deja de angustiarte por un pasado que ya no está o por un futuro que aún no es... Contempla al soñador y, dulcemente, despertarás de lo ilusorio. Estar alerta distendidamente es meditación y en ella todo cobra sentido y hondura, puesto que cuando sin apego dejas de apegarte hasta del desapego, sencillamente, permaneces imparcial y ecuánime aquí y ahora, en ese espacio santo y bendito donde la claridad sustituye, de inmediato, a la confusión. Por eso, confía en la paz de tu mente y no te disturbes con juicios personales de parcial perspectiva. Ahonda en el ahondar mismo y, sin esfuerzo, la inconsistencia de lo irreal es repudiada para aceptar la inmediata presencia de lo indivisible. Aquí, se experimenta lo en verdad incondicional, descubriendo el genuino significado del Amor, que nada sabe de divergencias, temores, disputas, cóleras o resentimientos. Profundiza, pues, en aquello que en lo más íntimo de ti, en tu entraña más sagrada, en el Alma de tu alma, en el Corazón de tu corazón, no pone condiciones ni busca supuestas ventajas personales... y recordarás la infinitud del Ser, comprendiendo que lo infinito, en su inconmensurable vastedad, siempre está presente en el instante que vives... en la plenitud esencial en la que estás... en el ahora imborrable que eres.

KHAAM-EL



No te quedes en lo superficial;
en su aparatosidad mucho se convierte en poco,
todo en nada y la dicha se reduce a llanto.
Profundiza en lo hondo, en lo esencial...
Sí, ahonda y descubre:
Vivir es compartir siempre en el presente 
todo el Amor que nos une
y que nos retorna a lo eterno, santo y bienaventurado.




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