domingo, 29 de marzo de 2020

LA ENTRADA A LA DICHA INACABABLE...

   Vigila tus pensamientos y no te creas ninguno que no sea pleno; porque, si no lo es, con seguridad, éste será falso, doloroso e infernal. No duermas imaginarios despertares en un futuro elusivo. Estate bien presente en lo presente. Vislumbra el meollo común de todos los seres y objetos, y despierta de la pesadilla de los deseos personales, de la fantasía de  intentar encontrar lo mejor en lo peor, del espejismo de querer establecer unión en lo separado. Mira con mirada universal tu propio mirar particular y este último se disolverá en aquel. Pon fin a lo que no comenzó excepto en ilusiones de proyectada expectativa. La salida del sufrimiento se encuentra en tu interior, en el alma. Nada externo tiene poder. El tiempo es oro cuando se emplea para la eternidad; mientras que, el oro del tiempo nada consistente otorga, puesto que todas las formas se derrumban, todos los logros caducan y cualquier adquisición se pierde. Sal, pues, sin demora, de lo proyectado y adéntrate en lo esencial. Apertura tu corazón hasta incluirlo todo; hasta recordar la inocencia de lo viviente, mancillada únicamente en apariencia, jamás en sustancia. Porque cuando de veras se ama, compartiendo sin exigencias ni planes de compensación, la tristeza y el dolor se desvanecen. ¡Resuelve! Fuera ya peleas, resentimientos y temores. La entrada a la Dicha Inacabable sucede en un instante de total rendición, en un aquí sin comparaciones, en un fuego santo que todo lo personal consume: sin ego, plenitud.

KHAAM-EL



La Dicha Inacabable
es una dulce y poderosa melodía
que en lo más profundo del alma resuena.
Entra en la plenitud de esa Inacabable Dicha
saliendo resueltamente del apego a los asuntos del ego
que en lo externo proyectaba todas sus fantasías y avideces.



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