No corones al miedo que se reviste con mil y una caretas (incluida la de un invisible virus). Mira más allá del temor que lo egoico impone y recupera la corona como rey/reina de tu vida..., como espíritu libre..., como alma pura..., como alegría sincera..., como comunión de vida... Nada puede quitarte la paz y la dicha de tu corazón, excepto tus propios pensamientos. Empodérate y no dejes que éstos se conviertan en el amo cuando, en esencia y en verdad, tú eres el gobernante. Confía. Aprovecha las situaciones de caos y temor, de desconfianza y resentimiento, de pánico y despropósito, para traer cordura, confianza y bendición. No hay tiempos malos, sólo lo parecen aquéllos en los que decidimos esclavizarnos al ego y sus convulsas justificaciones. Confía, sí... Y vuela por encima de todo temor y angustia. Retorna a tu verdadera naturaleza. Eres Hij@ de Dios, del Sumo Bien. El tiempo y su dolor pasará, dejando de nuevo la Luz de la Plenitud refulgiendo como antes de todo antes.
KHAAM-EL
La mejor manera de hacer de este mundo
un lugar maravilloso
no se encuentra tanto en el lograr
como en el compartir con el prójimo
de corazón a corazón,
sin hipocresías ni rencores,
viviendo sin miedo, felices y en paz.
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