lunes, 5 de junio de 2023

MIRADA TRANSPARENTE Y FRATERNA, MIRADA VERDADERA Y ETERNA

    El ojo que se mira y en su propio iris se recrea, no ve. Puesto que considera su perspectiva como absoluta y cierta, cuando a todas luces ésta es relativa y equívoca, egoísta y tenebrosa. Más pronto o más tarde, inexorable, el egoísmo conduce al onanismo de las ideas, a la obsesión de los pensamientos particulares y exclusivos, a la fractura con el próximo que aísla por completo del considerado alejado o del sensorialmente desconocido tras una densa niebla de conceptos que de lo esencial alejan y de lo crucial se olvidan. Por esto, no hay peor mal que el ombliguismo de calculada y calculadora relación que, con engreído posicionamiento, fingiendo cercanía separa y enfrenta.
    Mas viéndose uno espejado en el prójimo puede verse tal cual, real y no imaginado, sustancialmente unido e infinito, y no separado y caduco. Porque tan sólo la trasparente mirada, aquella que atraviesa las apariencias llegando al meollo que tras los contornos corporales palpita, de veras contempla lo que es digno de contemplar: la Luz de las almas, la eterna comunión del Espíritu, la Divina Unicidad de la Vida, que a toda soberbia empequeñece y a cualquier ocultismo destapa, que a la voz del ego silencia y a la del Corazón Fraterno exalta, que a la Verdad revela y al perenne Amor de DIOS nos retorna.

KHAAM-EL


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