'NO APEGO' A LO EGOICO, BIENAVENTURANZA DEL ESPÍRITU

    Tanto comer como ayunar, concordar y discutir, caminar y sentarse, tomar y soltar, mirar y dormir, esta misma reflexión pensada y escrita que lees, haber nacido y tener que morir, como tantas y tantas otras cosas/situaciones que vienen y van, suceden en la Consciencia Pura, en el Corazón de DIOS VIVO; y, en consecuencia, la Esencia de la vida y de las expresiones de toda vida, es común, infinita e indivisible, trascendiendo a ese tiempo y espacio que desde ellos, a su vez inmanente, la Esencia despliega.

    La carne nos desune, enfrenta y destruye sólo en apariencia, mas el alma nos hermana siempre como Hijos de una Misma Naturaleza Espiritual de Amor en Comunión, que jamás puede verse afectada por lo mortal y cambiante. Por eso, reconectar con la Consciencia y Esencia Pura, viviendo con pureza de corazón y limpio propósito fraterno, es de indispensable importancia para resucitar del cíclico y fatídico carnal ensueño egoico, y poder contemplar con la mirada del alma la Plenitud Divina... Así, ahora, claramente se ve lo que antes parecía oculto tras espesa bruma: DIOS es Amor y en Él vivimos eternamente. El sufrimiento no derivaba, deriva, ni derivará jamás de lo corpóreo/mundano directamente, sino de nuestro apego a lo corpóreo/mundano; siendo por tanto en el 'no apego' a lo personal, en la no servidumbre ciega al imperio de la materia, cuando la Verdad del Amor, por la acción fraterna de servicio desinteresado, compasivo y humilde, nos hace libres del oneroso lastre de la carne, elevándonos a la inefable bienaventuranza del Espíritu.

KHAAM-EL