miércoles, 7 de junio de 2023

RENUNCIANDO A LAS IDEAS DEL EGO, TODA FORMA EN CUALQUIER TIEMPO NOS INVITA A LA INTEMPORAL PLENITUD DE LO SIN FORMA


    
La diversidad de los contornos, sonidos, sabores, texturas y aromas sensorialmente percibidos, que se alternan y entrecruzan en una combinación de defensa/ataque tratando de prevalecer unos sobre otros, tan sólo 
son efectos perecederos en el tiempo y el espacio de una idea acotada por una perspectiva distorsionada; coordenadas regidas por el aparente y sobrevalorado imperio de la materia. Y suéñase esta restrictiva idea como un cúmulo de entes aparte fracturados en divergencias superficiales intentando negar o eclipsar la perenne convergencia esencial, que siempre -de súbito- los estalla como pompas de jabón o los desvanece como nubes al sol.
    En fin, una tragicomedia en la que el ego (la idea acotada y restrictiva de ser) se define y erige como exclusivo frente a otros egos con los que se relaciona retirándose o imponiéndose, según cree le conviene a su corpórea yoidad; procurando así, ardua e inútilmente, darle existencia a su nuclear inexistencia al fabricar una parodia de vida que entroniza la muerte, un dislate de conceptos falaces que quieren tener razón en sus absurdas contradicciones, una pantomima de alegrías que a su tiempo devienen en llantos, un remedo de la consciencia que descansa en la inconsciencia, una caricatura de paz que no pasa de endebles treguas que a la mínima se rompen para justificar injustificables contiendas de cruento resultado.
    Por tanto, únicamente el Espíritu, eterna vida plena, mediante el Amor y el renuncio a la idea acotada y restrictiva de ser, muestra y ofrece la indivisible complementariedad cósmica de toda transitoria corporeidad: despertándonos, dulce y felizmente, del terriblemente vano, combativo y mortífero sueño del ego; tras el que la Luz, la Vida y el Bien, la Paz, el Gozo y la Plenitud son sin término.

KHAAM-EL


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