Cuando el fuego abrasador de los deseos egoicos consume a las almas y la áspera red de las mezquinas conveniencias atrapa a los cuerpos en su maraña de hipocresías, infamias y malicias, el buen sentido se vuelve del revés -confúndese lo recto con lo torcido, se toma la tiranía por libertad y lo que servía, corrompiéndose, troca en inservible-. Se interpretan las metáforas y parábolas al pie de la letra, ignorando su profundo significado, y, cosificando 'el espíritu de la letra', reglan lo espontáneo llamando amor y amistad al interesado apego o al disimulado uso del prójimo.
La pureza, ridiculizada, se desdeña en loor de lo soez y obsceno. Se patea el cielo con rabiosa soberbia, mientras se abrazan los males como bienes... cae estrepitosamente la luna sobre un sol, por el mal uso del tiempo, apagado; exudan sangre las estrellas ante un estéril océano de hielo, sin corrientes, olas ni inspiradoras estelas que lo vivifiquen; se amortaja al anciano desde la cuna, mientras la adolescencia, prolongada en la medianía de una mediana edad vilmente ufana y ciega de vanas mundanidades, se cree poseedora de una 'infalible ciencia' que, por su endiosada e irreflexiva adoración, enferma, yerra y confunde más que sana, acierta y enseña.
Cobrando sentido el sinsentido, 'dolorosos placeres' laceran a sus insensatos devotos. Una pléyade de incongruencias, cual ponzoñosa plaga, arrasan el otrora vergel del alma: los sueños usurpando el cetro a la realidad, la turbamulta llamando al orden, la locura erigiéndose en juez, la bruma fingiendo brillo, el temor pretendiendo haberse impuesto al Amor y el cacofónico ruido pavoneándose como si fuese excelsa sinfonía. Así es lo que, no siendo pretende ser... caos, competitividad, desenfreno, rencor, sufrimiento y muerte.
El mundo del ego no ofrece nada realmente valioso... Únicamente despertar a la Vida Plena del Espíritu, retornando al Infinito Amor de DIOS VIVO, nos devuelve el bienaventurado buen sentido rebosante de genuino significado que a todos nos hermana, bendice y eterniza en jubilosa Divina Unicidad.
KHAAM-EL
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