La noche se arropa de estrellas
cuando el cielo del sol se desviste.
cuando el cielo del sol se desviste.
No hay nube que eterna permanezca,
ni aguacero o llanto que irredento perdure.
Las prisas conducen rápido al extravío.
La serenidad avanza segura, satisfecha del presente.
Aquí y ahora veedor y panorama son uno...
Paso, senda, lindes y horizonte, van en comunión.
La Luz del Espíritu se esparce ilimitada...
Sembrando, por doquier, bendiciones
que florecen a la orilla de afanosos senderos
trenzados en el palpitar del tiempo.
KHAAM-EL
No hay comentarios:
Publicar un comentario