Las puertas del Corazón han de estar en toda circunstancia abiertas, dejando entrar y salir con fraterno respeto al prójimo. Pues, retener o despreciar las relaciones es perder todo lo valioso que en ellas hay; olvidando el Amor y su plenitud, que siempre se despliega en libertad y nunca por imposición... Tengamos, por tanto, siempre presente que todo fluye en esencial armonía y no le pongamos, con superficial y egoísta juicio, opresivos diques a la vida.
KHAAM-EL
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