Ahondemos, meditemos, cuestionemos e indaguemos con honesta perseverancia en el misterio de ser, en ese abismo existencial que estamos tentados a ignorar o evitar. No nos demos por supuesto y quedemos en reverente y profundo silencio interior. Atravesemos la incomodidad, por perturbadora que parezca, de mirar de frente cualquier situación, idea o transformación: en el tiempo aparece, en el tiempo deviene pasado. Lo que llega, sí o sí, marcha; ahora, en cambio, permanece transparente y sagrado... ¿Qué es, pues, de veras, ser, estar, vivir? Sin previo aviso, lo evidente resplandece. El ego imagina y se imagina en un ensueño que juzga real; mutando sin interrupción, según se considera a sí mismo incuestionable. No hay figura que configure la esencia inapresable, ni existe espejismo que pueda hacerse verídicamente concreto. Quien de cierto somos, por tanto, es Espíritu, consistente Consciencia Intemporal de perenne vida en comunión, nunca caduco cuerpo/intelecto; Plenitud de Ser, jamás la escindida agonía de dejar de ser.
KHAAM-EL
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