Libre vive el Alma sin mundanas ansias y sin egoístas apegos, feliz y en paz. Nada que temer u odiar; todo que comprender y hermanar. Porque, clara es la Verdad e incondicional late el Amor, despertándonos de las dolorosas ilusiones que parecían separarnos de la Plenitud Divina... De súbito y por la gracia, en el afán genuino e inquebrantable por la Verdad, corregido el egoico pensar, relacionarse se vuelve milagrosamente espontáneo, vigoroso e integrador de las humanas esencias y conciencias en la Indivisa Esencia y Conciencia de DIOS VIVO.
Obvia se revela entonces, para la consumación de lo espiritual e intemporal, la función a desarrollar en la forma y el tiempo: extender e invitar -nunca imponer o condicionar- a lo verdaderamente amoroso, sencillo y fraterno, sabiéndolo la óptima actitud de vida; pues, no hay superior predicamento que la ausencia de engaños, ínfulas y lamentos.
KHAAM-EL
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