Aceptemos, aquí y ahora, con ánimo fraterno las adversidades que el pasado parece imponer al presente. Abramos la boca del Corazón, oremos sinceros y demos gracias a DIOS VIVO... Del Cielo llueve luminoso trigo para los hambrientos del pan de Vida Eterna, con el que nos nutre, vigoriza e ilumina el Alma; ayudándola a atravesar sin desfallecer ni extraviarse el temporario y nebuloso páramo de los espejismos mundanos, con los que el ego la tienta a desviarse con erróneas decisiones, creídas incautamente certeras, de la estrecha y recta senda que conduce a la Plenitud Espiritual.
KHAAM-EL
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