lunes, 30 de diciembre de 2024

TODO EL TIEMPO EN EL TIEMPO, LO INTEMPORAL NOS ILUMINA Y BENDICE

    Escojamos -sin titubeos- lo eterno antes que lo temporario; y la santidad del aquí y ahora por encima de vanos deseos, proyectados desde un imaginario pasado a un supuesto futuro. No nos dejemos engañar por meras apariencias perceptivas que, prometiendo mucho, lo quitan todo. Mirémonos en el tiempo con intemporal mirada, más allá de fechas en el calendario que sobrevienen como lápidas, inclusive cuando asoman disfrazadas como festividades.
    Aprovecha bien, amigo/a, tu tiempo en el Tiempo y, como dijo Bernardo Montalvá (Berni), comprende que "nunca estás fuera de tiempo. Siempre estás a tiempo para salir del tiempo. Elige de nuevo".
    Sin duda, siempre termina lo que comienza. Mas, milagrosamente, en todo lo que nace, se desarrolla y muere, en todo lo que principia, se manifiesta y finaliza, nunca acaba Lo Esencial, Lo Sagrado y Sin Principio que los articula y posibilita: DIOS VIVO y su Santo Espíritu, que es la Vida Plena e Imperecedera de nuestras vidas limitadas y caducas. ¡Bendiciones! La eternidad no sabe de tiempo, ni de orígenes diferentes a su ilimitada naturaleza, siendo siempre ahora, siempre aquí... Trascendiendo cualesquier circunstancia y lugar.
    Que las campanadas de fin de año, ya inminentes, sean el símbolo de la muerte del ego. Y el comienzo de lo sin comienzos; el regreso a Lo Despierto, Puro y en Comunión.
    Siente lo eterno en medio de lo pasajero.... Celebra el Amor todos los días con todos, y no sólo en unas fechas especiales marcadas en el almanaque, para que lo que aparecía diferente conozca Lo Mismo... La Plenitud de Ser... La Divina Unicidad... a DIOS VIVO.
    Estamos para la alegría y no para el lamento...
    Estamos para compartir y no para acumular lo que se pierde...
    Estamos para el Amor; nunca para el temor...
  Estamos para el aquí y ahora; nunca para inquietudes y desasosiegos egoístas por el porvenir...
   Atiende a la Voz del Espíritu de DIOS en tu interior, en el acallamiento de lo mundano. Lo calculado siempre es efímero y divisor, mientras que lo verdaderamente espontáneo es eterno y hermanado.
   Por consiguiente, vivamos con sencillez el presente, confiando en que el Inconcebible Amor de DIOS VIVO, en Su Inagotable Misericordia, acaricia las almas generosas, humildes y bondadosas; las colma en toda carencia, fortalece en el fragor de la tribulación, ilumina en las tinieblas de la confusión, y santifica y restaura a su originaria pureza resucitándolas de la densidad de la carne en el último día... Y la dicha de ser en comunión te acompañará fiel desde el doloroso sueño del tiempo hasta la bienaventurada e inefable vigilia de la eternidad.

KHAAM-EL


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