Ahondemos en lo sustancial y mollar de todo lo sensorialmente percibido e inteligido: dentro del fuego, vacío; dentro de la tierra, vacío; dentro del aire, vacío; dentro del agua, vacío; dentro del éter, vacío; dentro del tiempo, vacío... El vacío, por tanto, está lleno de inmutable e inefable consciencia viva (nuestra verdadera identidad en comunión) generadora de movimiento y perceptiva existencia cósmica y que, siendo inmanente y trascendente a todo fenómeno acaecido en tiempo y lugar, en lo mudable se expresa.
Consecuentemente, todo, en esencia y verdad, es, está y se expresa en la sagrada e indivisible plenitud eterna de la 'Creativa Vacuidad Divina', y cualesquier apego a una supuesta separación propia de lo inseparable en la formulación temporal, aun arraigado en lo real, es evanescente ilusión.
KHAAM-EL
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