Esconderse del mundo es esconderse de uno porque lo que se teme de afuera proviene de dentro, por lo que quienes atraviesan con fraterna valentía el mundo revelan íntima Plenitud y vero Amor. Sí o sí, lo que se piensa se siente y lo que se juzga define. Amar, consecuentemente, relaciona en diáfana unicidad, dignificando, restituyendo y salvando al prójimo y, por ende, a uno mismo; temer, sin embargo, interactúa a la defensiva y sombríamente murmura, divide y daña al prójimo y, por tanto, a uno mismo.
KHAAM-EL
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