El Santo Espíritu de DIOS VIVO es lámpara del cuerpo y del alma, no la vista ni el intelecto que, por sus limites perceptivos, creyendo atinar yerran. Dejarnos guiar por Su sutil y sabio fulgor inmaterial, que día y noche flamea inextinguible en lo más profundo de la conciencia, nos llena de íntimo gozo, amor fraterno, poderoso sosiego e inquebrantable confianza en la eterna plenitud prometida e incontestablemente intuida, aun asediados con las mayores tribulaciones y contrariedades mundanas.
KHAAM-EL
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