Oremos y adoremos en espíritu al Espíritu de DIOS y no en carne para la carne, o la idolatría acampará en un corazón amurallado y envanecido que las siete tremendas trompetas de la 'Revelación' habrán de derribar para que lo sordo escuche, lo turbio vea, lo torcido se enderece, lo quejicoso calle rindiéndose a la esperanza de la fe sincera, lo arrogante se postre ante lo fraterno, lo falaz enmudezca frente a la plenitud de la Verdad y el homicida ego muera para que el alma resucite.
KHAAM-EL
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