miércoles, 4 de junio de 2025

LA DICHA DEL EGO ES DESDICHA DEL ALMA

    Sólo el fuego del Espíritu abura los lacerantes espinos egoicos que la falsa y mundana dicha anestesia, pero no cura.
    Ora. Medita. Profundiza en la conciencia y descubre el error original. El crudo invierno del alma se asienta, las más de las veces, al calor de la rutinaria y defensiva evasión diaria que, centrándose obsesivamente en la especial satisfacción del 'yo', rehúye abrirse de corazón al prójimo. Pues, no hay mayor dolor que aquél escondido tras las inercias de una conciencia abotargada y recelosa, que el día más insospechado, como un dique que se quiebra por la acumulada presión sobre sus muros, se desparrama en un millón de lágrimas.

KHAAM-EL


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