Aceptar como validos los discursos del ego, por intrépido, buenista y sublime que alguno pueda llegar a sonar, es minusvalorar el mensaje del Espíritu, pues quien mira y aspira a lo bajo, ensalzándolo y deseándolo, retrocede y cae preso del competitivo, tenebroso y carnal/mortífero imperio de lo especial/vanidoso, mas quien, humilde, mira y aspira a lo Alto -por la gracia- avanza, comprende y resucita liberado del mortal apego a lo mundano, hasta comulgar en la luminosa plenitud eterna del flamígero Amor de DIOS VIVO.
KHAAM-EL
No hay comentarios:
Publicar un comentario