Recta es la misericordia y misericordiosa es la rectitud cuando, como dos frondosas ramas del poderoso árbol del Amor del DIOS VIVO, se extienden benefactoras: cobijando en ellas a todo el que llegue y lo precise... Árbol de Vida Plena sembrado por el Santo Espíritu del DIOS VIVO en lo más profundo, paradisíaco y puro nuestro, en el centro mismo de nuestras almas; y que crece lozano y eterno, sólo, cuando es abonado por un corazón humilde y universalmente fraterno.
Los frutos de las ramas de éste perenne Árbol, en esencia y verdad Sagrado, son la honestidad, la bondad generosa y un esperanzado vivir en este mundo, tentado y atacado por la ‘serpiente antigua’, sin titubeos y con la inspirada claridad de mandar a la cobardía irse ¡a la mierda! He ahí el quid de la imperecedera y espiritual victoria.
-Un servidor del DIOS VIVO-

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