SÓLO SERVIR A DIOS VIVO TRAE EL VERDADERO JÚBILO DE SER

Servimos a DIOS VIVO cuando nuestros temporales asuntos y particulares expectativas pasan a un segundo plano. Anteponiendo a todos ellos aquello que el plan universal de DIOS VIVO nos indica en lo más hondo de nuestras almas, mediante una paz inenarrable que la totalidad de nuestra eseidad impregna junto a la certeza de cómo, milagroso y constante, el Poder Divino (oculto tras toda circunstancia, pero actuante siempre) triunfa y deshace egos sin esfuerzo.

Sencillamente, si miramos con consciencia e inocencia, sin miedo, confiados: toda forma, toda carne, toda oscuridad, toda apariencia de división, irradia luz indivisa... Entonces, sólo quedan en el Corazón la Gratitud, el Amor, la Determinación y la Plenitud Sagrada de la Inefable Comunión Espiritual manando a raudales de uno a nos, y de nos a uno.

-Un servidor del DIOS VIVO-