jueves, 1 de octubre de 2015

AMAR... COMUNICACIÓN VERDADERA +

   Con frecuencia se revuelve la humanidad contra sí misma por su pertinaz insatisfacción. Buscar culpables de la propia infelicidad acaba por señalar como provocador de desaires incluso al considerado, en un principio, como inocente para exculpar el insensato comportamiento erróneo y divisor que pasa a ser considerado como inevitable e inclusive necesario y pertinente. No te pelees por colores, teorías o comparativas de resentida valoración, fabricantes de fascinantes rompecabezas con múltiples y alambicadas posibilidades que obsesionan hasta desnortar. No te escindas ni fraciones en porciones de personalísima perspectiva para justificar las calamidades de la yoidad. No asumir la responsabilidad de lo acaecido en la vida, resignándose o atacando a lo externo con insistencia victimista, para exculparse uno a sí mismo, no trae más que una tenebrosa sensación -mezcla de culpa, vergüenza e ira- que convierte el vivir de la humanidad en un pavoroso campo de batalla.

   Querer unir lo divisor a lo indivisible es imposible... no pueden ni podrán unirse jamás dos mundos antagónicos. Libérate de los barrotes de la dispersión y la locura que encarcelan en nombre de la libertad y la sensatez. Las ilusiones nunca podrán ser realidad ni la verdad explicarse con una suma de mentiras que le restan credibilidad. La naturaleza de una ficción es una farsa queriendo simular veracidad, tal como una novela es una trama imaginada en la mente del novelista y sin éste aquella no puede ser y, además, sin los lectores su existencia es vana, virtual y carente de significado. Lo evidente es evidente cuando no quiere mirarse a otro lado. Sin lo fundamental lo que emerge se desploma. Sin el espíritu la letra está muerta. Las palabras son símbolos y no la esencia que sugieren, por eso el simple engarzar palabras, bandos y conceptos, no puede ser considerado auténtica unidad o expresión viva y fraternal... la esencia de la comunicación es unión, es conocer, es hermandad universal; por eso fabricar, realzar y anteponer los símbolos a la naturaleza sustancial pervierte la comunicación convirtiéndola en la mera y hueca exposición de superficiales e irresponsables preferencias caprichosas tomadas por fundamentos irrenunciables que combaten contra sus contrarios. Y no hay que ser muy avispado para colegir que seguir semejante comunicación incomunicante conlleva onerosas y pésimas consecuencias.

   Aposéntate en el presente... quédate en él con gratitud y sin expectativas. Ama este instante que vives sin comparaciones ni perspectivas particulares... Abre tu mente al ahora... con fe y paciente esperanza en la inmediatez de la vida... Comunicación es Amor, nunca imaginar y resaltar diferencias con las que pelearse para encontrar sosiego en un mañana que se convierte en un nunca. Ahonda en el meollo de ti mismo y conocerás la indivisible y eterna esencialidad de la vida... No te quedes con la superficialidad divisora de lo transitorio y aparente, comunícate realmente con lo real, con lo sustancial, pleno, esencial y verdadero... la comunicación real se halla libre de todo temor, de cualquier personal expectativa o desconfianza... sé, pues, libre e indiviso en la paz mental y el Amor te reconciliará contigo mismo y con tu prójimo al revelarte la infinitud de Dios en toda Su creación, ahora.

KHAAM-EL



La comunicación verdadera es indivisa...  
Amar nos libera del miedo
y de sus falsas fronteras protectoras
que sólo traen conflicto y dolor.




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