jueves, 15 de octubre de 2015

SÉ UN MINERO EN TU MENTE +

   Se entretiene la mente con nimiedades porque se le da importancia a cosas que realmente no tienen ninguna. Profundiza y no te quedes en la epidermis de las relaciones y sus inseparables situaciones. ¿Qué buscas en tu relación con el prójimo? ¿Con el mundo? ¿Contigo mismo? Si no te conoces de verdad no lo conocerás, tampoco, a él, ni, mucho menos, al mundo, y vagarás dando tumbos de acá para allá en tu cotidiano vivir. Te adscribirás a clubes, a actividades, irás tras evasiones y diversiones a la carta, tras remuneraciones y trabajos que te renten con solvencia -dejando a un lado lo esencial y sencillo-, te sentirás hastiado prontamente por todo, te encontrarás soñando despierto, proyectando proyecto tras proyecto en un descomunal desencuentro con la realidad siempre inmediata, gimoteando risas desgarradas y riendo lágrimas incoherentes, te sorprenderás tomando partido personal entorno a una masa informe de conceptos huecos tras los que intentar protegerte. Por favor, párate y no te des por supuesto... Adéntrate en ti mismo con coraje, a la luz del presente, sin ideas preconcebidas ni expectativas futuristas. No sigas las irreflexivas inercias nacidas de la ignorancia de un 'yo' que se trasviste de saber, de un ego que no tiene ni idea de que significa ser un ego y siempre lo señala afuera con prepotente inconsistencia. No busques líderes a tú medida o te tomarán presto la medida convirtiéndote, por arte de birlibirloque, de usador en usado; más, tampoco busques seguidores a tu medida o te copiarán y, en un abrir y cerrar de ojos, les sobrarás y te tirarán a la basura, porque lo que se piensa se experimenta. Quédate, pues, en el centro de ti mismo, en lo sustancial e indiviso, y no te relaciones salvo para compartir esa sustancial indivisibilidad. Tu experiencia cambiará para bien según te sepas libre, pleno y feliz.

   Adéntrate en las profundidades de la conciencia para hallar el tesoro de la libertad genuina y no te conformes con los agridulces sucedáneos de lo variable. Horada con determinación los escondrijos del autoengaño y sácalos bien a la vista para que, éste, no te distraiga ni perturbe nunca más con sus vistosos, pero inútiles, ornamentos. No seas un autómata repetidor de programas adquiridos desde la desconfianza, los deseos y el temor. Sé un buscador de lo real para encontrar lo que nunca se pierde. Escudriña tu mente, tu pensamiento, tu entraña, porque tras los sombríos túneles del horror y la desesperanza se encuentra la infinitud del ser que te hace libre... No es complicado, aunque sí muy intenso, pues requiere de constancia inquebrantable. Ardua es la labor, pero grande y bienaventurada es la recompensa. Quédate en ser y no te dirijas hacia posibilismos de inciertas premisas. Despierta de las divisoras somnolencias que proclaman triunfalistas panaceas que no se cumplen -dicen, o incluso vociferan, los soñadores- por la zafiedad de opuestos enemigos, a los que culpan de la propia incompetencia, y -estate muy atento- no te dejes engatusar por esas carantoñas panaceaicas de afiladas uñas que, más pronto que tarde, arañan. 

   A continuación te comparto un breve extracto, que considero una autentica perla -encontrada en el apartado IV del primer párrafo del prólogo para franceses-, de la obra de José Ortega y Gasset  'La Rebelión de las masas', escrito, por el autor mismo, en la primavera de 1937, que puede ser muy clarificadora, de lo hasta ahora expuesto, para abrir la mente más allá de la reduccionista cortedad de miras de tomar a lo perceptivamente diferente como enemigo, resultado de considerar autómatamente esas diferencias superficiales, e inconsistentes ciertamente por su mutabilidad, como algo grave y motivador de rencillas: "Ni este volumen ('La rebelión de las masas') ni yo (Ortega y Gasset) somos políticos. El asunto de que aquí se habla es previo a la política y pertenece a su subsuelo. Mi trabajo es oscura labor subterránea de minero. La misión del llamado "intelectual" (puedes poner aquí "meditador" o "buscador espiritual") es, en cierto modo, opuesta a la del político. La obra intelectual (si quieres meditativa o espiritual, te añado) aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la del político suele, por el contrario, consistir  en confundirlas más de lo que estaban. Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil (ese, apunto, querer tener razón desde una visión fragmentada y separadora de la realidad); ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral.".

   Por eso, te invito a minar en tu mente, mediante la más sincera y honesta introspección del entrenamiento mental y meditativo, todos los constructos mentales que confundes contigo mismo y que no son más que pensamientos absurdos, insustanciales e idiotas, obstruyendo el flujo natural y feliz de la consciencia de ser que en verdad eres. Por eso, insisto, te invito a la relación íntegra, honesta, coherente, plena, santa y en paz, primero contigo mismo, para poder, en tal caso, compartirla sin cortapisas ni engaños. Así... al fin, dejas de deambular como una figura espectral de tragedia en tragedia buscando comedias... al fin, cesas de buscar pequeños charcos en los que sorber lodosas aguas en medio de extensos secanos... al fin, paras de arrastrarte fatigosamente por los foros buscando bailes en los que alguien quiera bailar contigo... al fin, detienes tu lengua, con sensato criterio, para no hacer estúpidos comentarios o preguntas que sólo pretenden confundir... al fin, retienes el viejo impulso de tomarte las cosas de forma personal que tanto dolor te causa y lo cambias por una vigilante auto-observancia que te libera de la fabricación de venideros enredos... al fin, abandonas la elaborada seducción de lo banal para encontrarte con la sencillez de lo esencial... así, al fin, vuelves a ser quien en lo sustancial realmente eres, retornas a lo que siempre has sido, eres y serás... reencuentras lo evidente que pareció relegarse a un minúsculo último plano con el comienzo de la estupidez, con el inicio de el sueño absurdo de máscaras que dicen lo que no piensan para obtener el capricho de lo que no necesitan -pero, en su delirio, sí desean febrilmente- como niños malcriados. Sonríe y reposa tranquilo en el presente; despertar, sencillamente, es dejar de hacer el idiota creyendo que uno podía llegar a saber con lo que no sabe... No te externalices con juicios, deseos o temores. Dentro, muy dentro, en lo hondo de la consciencia, tras la densa capa de los pensamientos personales, se encuentra el tesoro de la plenitud del Ser... lo santo, eterno y bienaventurado. Ahonda... excava... profundiza allende toda idea de ti y del mundo... hasta que en el  completo silencio del ego la Luz de la Verdad te libere de tus autocadenas.

KHAAM-EL



Vive con sencillez la vida, sin grandes pretensiones; 
es en tu interior donde se halla el tesoro más grande.






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